El mítico Mundial de 1986, en el que Diego Armando Maradona consolidó su leyenda al conquistar el segundo título del mundo para Argentina, pudo haberse realizado en Colombia, de no haber sido por las decisiones que se tomaron en aquel entonces
El 26 de octubre del año 1973, el Presidente de Colombia, Misael Pastrana, recibía la visita del Presidente de la FIFA, Joao Havelange. Años atrás, Alfonso Senior, presidente de Millonarios, catapultó al equipo ‘Embajador’ como uno de los mejores equipos del mundo, el cual tenía en sus filas a Alfredo Di Stefano, Adolfo Pedernera y Néstor Rossi, razón por la cual la FIFA encontró en Colombia aquel elemento atractivo para albergar un Mundial de Fútbol.
Luego de ver aquel recital del equipo ‘Embajador’ ante el Real Madrid, el cual derrotó por 4-2, Havelange se vio convencido de intentar brindarle la oportunidad al territorio colombiano de albergar por primera vez un Mundial de Fútbol en su historia, tras la inestabilidad política de Argentina, país dominado por Videla.
Ante la noticia, en el año 1975, el presidente de Colombia, Alfonso López Michelsen, confirmó en una rueda de prensa lo siguiente:
«Todo el país estaba ilusionado, por fin venía algo muy bueno para un país que no estaba acostumbrado a imaginarse siendo parte de grandes cosas. Pero desde el principio, en el mismo Estado había opositores que decían que Colombia necesitaba inversiones más pertinentes».
El 25 de octubre de 1982, bajo el mandato de Belisario Betancur, un nuevo rechazo a la cita mundialista se emitió de la boca del mandatario:
«El Mundial debía servir a Colombia, y no Colombia a la multinacional del Mundial», dijo Betancur en un discurso transmitido en televisión y radio nacional.
UNA PUERTA QUE SE CIERRA, OTRA QUE SE ABRE
Para el año 1986, ya en el Gobierno de Julio César Turbay, la cita mundialista volvió a tocar las puertas de Colombia. Los grupos empresariales de la familia Santo Domingo y el Gran Colombiano trataban de convencer a Havelange de traer el mundial al país, lastimosamente, las exigencias de la FIFA eran imposibles de cumplir en Colombia.
Algunas de las exigencias eran las siguientes:
- 6 estadios con capacidad mínima de 40.000 espectadores y 2 de 80.000
- Una red de carreteras y ferrocarriles para comunicar todas las sedes donde se jugaría la Copa.
- Aeropuertos en cada sede con capacidad de aterrizaje para aviones tipo jet
- Limosinas para transportar a los dirigentes de la Federación
- La congelación de las tarifas hoteleras a partir de enero de 1986
Ante las peticiones de la FIFA, el tiempo avanzaba y Colombia nunca dio respuesta o muestra de voluntad en realizar la Copa. Los rumores fueron creciendo y la presión también, pues, sumado al retraso en la realización, se decía que la CONCACAF y los patrocinadores norteamericanos estaban presionando a la FIFA en cambiar la sede al suelo estadounidenses.