“El fútbol es asunto de hombres”. Por muchos años varias mujeres alrededor del mundo entero crecieron escuchando está frase en sus hogares, colegios o en algún campo de juego. Sin embargo, contra viento y marea no se cansaron de batallar ante la indiferencia que las pretendía fuera de las canchas pateando un balón.
Entre tanto, en Colombia las pioneras del balompié femenino inmortalizaron su nombre para encaminar a las futuras generaciones de niñas y adolescentes, quienes hoy en día tienen referentes a seguir en los clubes del rentado local y en selección Colombia. Amparo Maldonado, Liliana Zapata y Miriam Guerrero se encargaron de llevar el fútbol practicado por mujeres hasta donde nadie lo había llevado antes, gracias a ellas, en la actualidad podemos gozar el majestuoso juego de Linda Caicedo, las espectaculares atajadas de Catalina Pérez, los goles de Cata Usme o la generación de las ‘Chicas Super Poderosas’ que continuaron el legado a base de lo construido previamente, jugadoras como Yoreli Rincón, Natalia Gaitán o Liana Salazar cosecharon los frutos de sus antecesoras para que el fútbol practicado por mujeres en Colombia sea una realidad.
Y dando paso a una nueva era de reconocimiento y valoración en el ámbito del deporte. Estos logros contundentes no solo resaltan el talento y la dedicación de las deportistas involucradas, sino que también evidencian la importancia de romper con estereotipos y barreras de género que han limitado el potencial de las mujeres en el deporte durante décadas.
La histórica participación de la selección nacional en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda fue mucho más que una simple muestra de valentía y esfuerzo. Fue un testimonio viviente de que las mujeres futbolistas han llegado para quedarse y para competir en igualdad de condiciones. A pesar de los obstáculos que se interponen en su camino, estas jugadoras han demostrado una y otra vez su capacidad para enfrentar los desafíos y superar las expectativas, inspirando a jóvenes de todo el país a seguir sus pasos y perseguir sus propias metas sin importar las adversidades.
El éxito de la sub 17 en el Mundial de la India y el título obtenido por el Atlético Huila en la Copa Libertadores subrayan la excelencia que las mujeres pueden lograr en diferentes disciplinas deportivas. Estos logros son el resultado de años de preparación ardua, trabajo en equipo y determinación inquebrantable. Además, demuestran que la inversión en el desarrollo y promoción del deporte femenino no solo es un acto de justicia, sino también una estrategia inteligente para potenciar el crecimiento y la diversidad en el mundo del deporte.
A pesar de los avances, aún hay mucho por hacer. La lucha por la igualdad de género en el deporte no se trata solo de alzar trofeos y medallas, sino también de cambiar mentalidades y establecer un terreno de juego equitativo en términos de oportunidades, recursos y reconocimiento. Es responsabilidad de todos, desde los dirigentes y patrocinadores hasta los aficionados, apoyar y fomentar la participación y el éxito de las mujeres en el deporte en igualdad de condiciones.
En definitiva, los logros recientes en el ámbito deportivo reflejan un cambio significativo en la percepción de las capacidades de las mujeres en el deporte. El «asunto de hombres» está siendo desafiado y desmoronado por la pasión, el talento y la determinación de las mujeres futbolistas. Cada victoria, cada gesta y cada logro nos recuerdan que el potencial humano no tiene género y que la verdadera grandeza se encuentra en la superación constante de obstáculos y en la construcción de un mundo deportivo más inclusivo y justo para todos.
