El central colombiano formó parte de la zaga del Celta en la goleada madridista.
Tras 560 días, el Santiago Bernabéu volvía a acoger público en un partido de fútbol y un colombiano estuvo presente en el campo. En un césped perfecto, que había sido instalado hace a penas cuatro días, el Madrid se paseó.
Con un Benzema descomunal y un espectacular Vinicius, la ‘Casa Blanca’ le endosó una ‘manita’ a los dirigidos por Coudet.
Murillo no pudo hacer gran cosa frente a la artillería madridista. Realizó únicamente un despeje, fue amonestado tras barrer a Hazard, ganó solo uno de los tres duelos a ras de suelo, tres desde lo alto y tuvo una precisión en el pase del 86.2%.
A pesar de la fortaleza aérea del caleño, poco se puede hacer cuando el Real Madrid tiene una gran noche.