Con la reciente crisis del club cardenal consumada, recordamos el campeonato que, de la mano de Gerardo Bedoya, el equipo finalizó último
Independiente Santa Fe se ha caracterizado por ser uno de los clubes más grandes de Colombia con 9 estrellas en su haber, además de varias copas nacionales y de una Copa Sudamericana, siendo el único equipo colombiano en hacerse con el prestigioso torneo internacional.
Sin embargo, como todo club grande, las fechas negras no lo han abandonado, principalmente en el primer semestre de la Liga Águila 2019, torneo en el que los capitalinos fueron el peor equipo del campeonato sumando apenas 14 puntos en 20 partidos.
Santa Fe arrancó el torneo de la peor manera, pues en sus primeros dos partidos como locales ante rivales asequibles como Pasto y Cúcuta solo sumo un punto ante los volcánicos, generando desde ese momento el famoso murmullo en las tribunas de El Campin.
Tras empatar ante Alianza y caer nuevamente en Bogotá ante Tolima, Guillermo Sanguinetti fue cesado de su cargo, por lo que un viejo conocido tendría que afrontar la difícil tarea de agarrar al equipo en uno de sus momentos más bajos: Gerardo Bedoya le puso el pecho a la brisa para tener su primera experiencia como técnico en propiedad.
Lamentablemente, el cambio de timonel no surgió frutos para los leones, pues desde la quinta jornada hasta la decimoquinta, el club se hundió en una crisis de resultados donde sumaron 7 empates y 4 derrotas, teniendo por fin desahogo en la jornada 16 y ganando ante Huila en Neiva el único triunfo del peor semestre de la historia santafereña.
Santa Fe terminaría los últimos 4 partidos con 3 derrotas y solo un empate a ceros ante Millonarios, finalizando último de la tabla a dos puntos de Rionegro Águilas, producto de una vergonzosa campaña en la que solo sumó un triunfo, 11 empates y 8 derrotas, con 17 goles a favor, 24 en contra y solo 14 puntos de 60 posibles.
Después del papelón, Bedoya dejó su cargo para darle paso a un antiguo asistente de José Pekerman: el ex portero Patricio Camps, que tras muy pocas fechas y ningún gol anotado bajo su mando, salió del club bogotano para darle paso a Harold Rivera, que en menos de dos años sumó un subcampeonato y llevó a Santa Fe de nuevo a la Copa Libertadores de América.
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