Bajo la conducción de Reinaldo Rueda, el conjunto paisa derrotó a Junior desde el punto blanco del penal.
Atlético Nacional tenía la misión de revertir la situación tras el partido de ida en el Metropolitano de Barranquilla. El Junior venía de ganar por 2 a 1 con anotaciones de Roberto Ovelar y Edison Toloza, siendo consciente que una diferencia de solo un gol no era suficiente a vísperas de la segunda final.
Reinaldo Rueda y Mendoza salieron con la misma idea táctica, un 4-2-3-1 con gran poderío ofensivo. Jorge Aguirre, Edison Toloza, Roberto Ovelar y Vladimir Hernández fueron las cartas del técnico colombo-uruguayo, mientras que Rueda armó su bloque ofensivo con un tridente conformado por Jefferson Duque, Yimmi Chará y Marlos Moreno, uno de los mejores jugadores del torneo.
El primer tiempo tuvo fue un golpe de autoridad de Nacional, pues en los primeros 30 segundos del partido, Macnelly Torres aprovechó la pasividad del equipo juniorista y asistió a Marlos Moreno con un pase milimétrico, el cual dejó a los 3 mediocampistas del Junior mirando cómo Moreno enganchaba con su pierna hábil y clavaba el balón al palo más lejano de Sebastián Viera.
Tras el gol, el Junior trató de adelantar líneas e inquietar a Atlético Nacional, sin embargo, la idea táctica de Rueda, en la cual la presión se ejercía en el mediocampo, obligó al Junior a jugar por las bandas. Con el empate, Nacional apostó por un juego de posesión del balón, esperando a que los jugadores del Junior dejaran espacios para así poder acercarse al arco rival.
El planteamiento surtió efecto, permitiendo a Chará y Duque conectarse frecuentemente e inquietando a la defensa del Junior. Chará ganó durante todo el partido la banda y lanzó el balón al área en múltiples ocasiones esperando una posible llegada de Moreno o de Duque para aumentar la ventaja.
El partido se basó en la fricción, Atlético Nacional defendía la paridad a través de faltas tácticas con el fin de que Junior no se acercase al área. Roberto Ovelar logró complicar por el juego de bandas a Farid Díaz tras ganarle el duelo en múltiples ocasiones, sin embargo, el partido de Óscar Murillo, defensa central del equipo verdolaga, fue espléndido para denegar el empate.
Al minuto 27, Guillermo Celis entró con los botínes muy arriba tras despejar un ataque de Atlético Nacional y chocó con Sebastián Pérez, siendo esta una de las jugadas polémicas del partido, pues el árbitro central, Gustavo Murillo, no mostró siquiera la tarjeta amarilla.
Al minuto 33, Roberto Ovelar impactó de media distancia, y, tras un desvío en la espalda de Óscar Murillo, puso alerta el arco de Armani, el cual se estiró pero no llegó al balón, que, afortunadamente, salió al tiro de esquina.
10 minutos después, Viera seguía siendo la esperanza del Junior de Barranquilla tras atajarle un balón a Macnelly Torres, el cual recibió el esférico tras un desvío en la trayectoria por un cabezazo de Tesillo.
En el segundo tiempo, Junior siguió sufriendo por las bandas con los desbordes de Marlos Moreno, el cual dejaba solo a sus compañeros para definir, pero los defensas del Junior lograban interceptar las jugadas prontamente. En uno de esos desbordes, al minuto 51, un remate de Yimmi Chará fue obstaculizado por Andrés Correa, al cual le pega el balón en el brazo. Los jugadores de Atlético Nacional reclamaron penalti, sin embargo, al tener el brazo pegado al cuerpo, la infracción no se decretó.
El partido se cortó por múltiples incidentes. Al minuto 60, Roberto Ovelar recibió un golpe con el codo en la cara por parte de Óscar Murillo, dejándole al paraguayo un corte arriba de su ojo. Aquella jugada, que se pudo decretar como infracción, fue otra de las polémicas del partido.
Bocanegra, Pérez y Chará trataron de aumentar la cuenta, pero la falta de eficacia y la buena marca del Junior de Barranquilla impidió que esto sucediera. Al final de los 90 minutos, Nacional se consagraba campeón desde el punto blanco del penal tras los fallos de Gustavo Cuellar, Guillermo Celis y Félix Noguera por parte del Junior de Barranquilla.